A pesar de haber entrado en vigor desde febrero, la Corte Constitucional de Uganda declaró, por unanimidad, nula la polémica “Ley antihomosexual”, debido a que en su proceso de aprobación se violó la Constitución, ya que el Parlamento no contaba con el quórum necesario de los legisladores.

Cuando el presidente de Uganda la promulgó, generó el rechazo de organizaciones a favor de los derechos humanos, puesto que allí se tipificaba a la homosexualidad como un delito y endurecía las sanciones con penas de prisión para estas personas y a los que les prestaran apoyo o participasen en sus actividades.

Las severas condenas, calificadas de crueles y que fomentaban la violencia homofóbica, iban desde cadena perpetua para el gay, lesbiana, bisexual y trans que mantenía relaciones sexuales o “intentaba” tenerlas con alguien del mismo género o si deseaba o contraía matrimonio.

Además se castigaba con siete años de prisión a todo aquel que aconsejara a una persona homosexual, participase en un matrimonio o ayudase en alguna actividad relacionada con dicho colectivo.

Reacciones mundiales

En su momento, la Unión Europea también se pronunció al respecto e instó a Uganda para que garantizase la igualdad ante la ley y la no discriminación acorde a sus obligaciones bajo el Derecho Humano Internacional.

Inclusive, en junio pasado, se generó el rechazo por parte de organizaciones y políticos, ante el nombramiento, del entonces ministro de Exteriores ugandés, Sam Kutesa, para que presidiese la Asamblea General de la ONU.