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Felipe Osterling Parodi: El Maestro

Felipe Osterling Parodi: El Maestro

La semblanza que se transcribe a continuación fue escrita en el año 2007 y publicada en el Libro Homenaje que se editó con ocasión del 75º aniversario del nacimiento del Dr. Felipe Osterling Parodi. Hace unos días nos enteramos del fallecimiento de este distinguido Jurista, maestro universitario y destacado político, por lo que vale la pena recordar su trayectoria, especialmente para aquellos jóvenes Abogados que no tuvieron el privilegio de ser sus alumnos.

Por Redacción Laley.pe

jueves 18 de septiembre 2014

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Por Jorge Sánchez Arriola

La sola obligación de entregar una cosa inmueble determinada hace al acreedor propietario de ella…. Si la cosa cierta que debe entregarse es mueble y la reclamasen diversos acreedores a quienes el mismo deudor se hubiere obligado a entregarla, será preferido el acreedor de buena fé a quien el deudor hizo tradición de ella… Así rezaban los artículos 1172 y 1173 del Código Civil de 1936, del cual era parte esencial el curso de Derecho de las Obligaciones que el Maestro Felipe Osterling Parodi dictaba a sus alumnos de la Universidad Católica de Lima en el año 1974.

Para explicar estos principios, según los cuales la transferencia de propiedad de los bienes inmuebles opera por el consentimiento mientras que en el caso de los muebles se requiere la entrega, el Maestro Osterling se quitaba el reloj de pulsera que llevaba en la mano izquierda y se lo entregaba al alumno de la primera fila de la clase (la mayoría de las veces era una alumna …) y de esta manera explicaba didácticamente el concepto de la tradición.

Este método tan sencillo, pero a la vez profundo, originaba un gran debate con preguntas y respuestas de sus entonces jóvenes alumnos de Derecho y nos introducía en el estudio del Código Civil y de uno de sus capítulos más importantes en la vida profesional de los Abogados, tal como hemos podido comprobar luego durante el ejercicio de la profesión.

Felipe Osterling era – y hablo en pasado porque me ha dicho él que ha dejado de ir a la Universidad después de 43 años de dedicación a la cátedra – un maestro apasionado. Y lo era en el sentido amplio de la palabra: dedicado de lleno al dictado del curso, dotado de una gran energía, con un profundo conocimiento del derecho, con gran experiencia en el ejercicio de la profesión desde la práctica privada en uno de los mejores Estudios de Lima y sobre todo, con un gran simpatía: por ello, no exagero al decir que si hubiera que hacer una elección, integraría la terna para ubicar a los mejores profesores de Derecho que ha tenido nuestra Facultad en los últimos cincuenta años.

Pero el Maestro Felipe Osterling no ha perdido su carácter apasionado y sigue enseñando. Lo hace a diario en su Estudio de Abogados al cual continúa dedicándole tiempo y esfuerzo, transmitiendo sus conocimientos y experiencia a las generaciones de abogados más jóvenes; y lo hace también en el ámbito de la administración de justicia, integrando prestigiosos Tribunal Arbitrales en el Perú y en el extranjero ó presidiendo la Academia Peruana de Derecho, el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima o la Comisión Política del Partido Popular Cristiano; y también escribiendo nuevas obras que se suman a los dieciséis tomos del Tratado del Derecho de las Obligaciones – pues me ha dicho que está por terminar un Manual del curso que dictó en la Universidad Católica, obra indispensable para quienes transitan por el mundo del Derecho Civil – y redactando la segunda parte de sus memorias para hacernos conocer algunas partes de su vida no incluidas en las Páginas del Viejo Armario, su primera entrega al respecto. 

El Maestro sigue pues, en el año que se cumplirá el 75º aniversario de su nacimiento, ejerciendo la docencia.  Ya no desde las aulas universitarias, sino más bien en un campo más amplio y de mayor trascendencia. Pero el Maestro Osterling, no sólo enseña o trasmite sus conocimientos de Derecho sino también su experiencia de vida.  Aunque fue mi profesor en la Universidad Católica hace mas de treinta años y había tenido la oportunidad de acceder al él ocasionalmente por razones profesionales, desde hace diez años tengo el privilegio de compartir con él los fines de semana del verano en un balneario del sur de Lima.  Esto me ha dado la posibilidad de conocerlo personalmente y valorarlo como ser humano, lo que ha constituido una experiencia extraordinaria. 

Para empezar, el sólo hecho de intercambiar ideas con alguien que ha sido Ministro de Justicia, Presidente del Senado y Decano del Colegio de Abogados de Lima es ya de por sí enriquecedor, ya que el Maestro – como respetuosa y cariñosamente me permite que lo llame –  es una fuente inagotable de anécdotas e información sobre la historia política del Perú de los últimos 30 años. 

Y si a eso le agregamos sus experiencias sobre el ejercicio de la profesión de Abogado y especialmente sobre las cosas simples de la vida – la buena bebida, los viajes por el mundo, el fútbol que tanto lo apasiona y la belleza de las mujeres – no es posible pedir más. Por eso, me sumo al homenaje al Maestro Felipe Osterling Parodi en el 75º Aniversario de su nacimiento y al igual que todas las personas que lo quieren, espero poder seguir disfrutando de su amistad y compañía por muchos años más.

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