Muchos se preguntan si la movilización y conformación plenaria de casi 200 países contra los futuros e irreversibles daños ocasionados por el cambio climático habría dado frutos en la última COP20 celebrada en nuestro país.  Lo cierto de esta cumbre es que su programación de diez días tuvo que extenderse para firmar un borrador de compromisos abocados a revertir estos perjudiciales efectos, los cuales se percibirían en el 2050.

Con un consenso aprobado a la madrugada del domingo, las metas de la COP20 se tradujeron en un folio de planteamientos, los cuales se seguirán debatiendo en la próxima cumbre programada para el 2015 en París.

¿Se logró reemplazar el Tratado de Kyoto?

Sí. Justamente, el compromiso más importante de la última cumbre en Lima fue lograr la aprobación de los 195 países participantes para la redacción de un nuevo documento de Acuerdo Global que sustituyera al suscrito en Japón el 2005. Este garantizaría el cumplimiento de una serie de medidas internacionales a fin de reducir la emisión de gases dañinos para el medio ambiente. De esta manera, lo que se discuta en la subsiguiente Conferencia en Francia, será presentado ante la ONU para octubre del 2015. Una vez revisado y aprobado, el acuerdo entraría en vigencia desde el 2020.

Contribuciones al ‘Fondo Verde para el Clima’

Países como China y Alemania anunciaron millonarios aportes para el financiamiento que demanda el freno contra el cambio climático en países subdesarrollados. En este caso, el país asiático cooperará con 20 millones de dólares mientras que el europeo declaró que desembolsará 55.

El llamado GCF es un mecanismo administrado por el Banco Mundial y la ONU para la recepción de aportes financieros que permitan la aplicación de políticas públicas contra la contaminación ambiental en países en vías de desarrollo. La suma alcanzada en Lima fue de 10,200 millones de dólares, con apoyo incluido de Perú (con seis millones), Noruega, Australia, Colombia, entre otros.

Sin embargo, las dificultades seguirán latentes en la mesa de negociación de la COP21, pues los países desarrollados como China, Estados Unidos, Japón y Rusia conservan posturas reacias a contribuir obligatoriamente con todas las medidas impuestas en el acuerdo. Cabe recordar que la meta principal de estos eventos anuales es fijar el compromiso de reducir progresivamente hasta en un 60% la emisión de gases contaminantes, la misma que es generada en mayoría por los países menos abiertos a negociar.