Sufrir los embates de una agresiva enfermedad terminal ya no es una obligación en Colombia y Argentina. Recientemente, en el país cafetero fue aplicada la eutanasia a Ovidio González, un paciente de 79 años que padecía un grave cáncer de boca, y que ya había expresado su deseo amparándose en un decreto emitido por el Ministerio de Salud colombiano.

Por su parte, el caso del argentino Marcelo Diez, que se encontraba en estado vegetativo desde hace 20 años,  ameritó que la Corte Suprema de su país siente una importante jurisprudencia que ratifica el derecho de los enfermos a morir dignamente.

Caso González en Colombia

“Yo, José Ovidio González Correa, con 79 años de edad, en uso pleno de mis facultades mentales y de manera libre y voluntaria, manifiesto mi intención de que se me realice la eutanasia. La anterior solicitud la hago bajo la gravedad de juramento, con la convicción libre y absoluta del ejercicio de mi derecho fundamental a morir dignamente”. Así firmó González su deseo de que los médicos de la clínica oncológica donde se atendía lo dejen partir.

La eutanasia es legal en Colombia gracias a una sentencia de la Corte Constitucional que el 2014 ordenó al Ejecutivo a diseñar un reglamento que permita este procedimiento en el país.  Así, el Ministerio de Salud emitió una resolución en cumplimiento al fallo. Sin embargo, la norma recién se aplicó hace unos días y tuvo como primer caso a Ovidio, quien era padre del famoso caricaturista colombiano Julio César ‘Matador’ González.  

El 26 de junio, todo se encontraba dispuesto para la muerte de Ovidio. Sin embargo, la Junta de Médicos que recibió su pedido abortó la acción minutos antes debido a la objeción planteada por uno de sus miembros. Finalmente, una semana después de haberse frustrado la asistencia para su partida, los especialistas que lo atendían en una clínica de la provincia de Pereira le suministraron una letal dosis de sedantes.

En Colombia, solo las personas que sufran una enfermedad de condición grave, irremediable e irreversible y cuyo pronóstico sea fatal en un plazo breve pueden acceder a la muerte asistida. Así, Ovidio González se convirtió en el primer hombre en Latinoamérica que accedió a la eutanasia de manera legal.

Caso Diez en Argentina

La situación del argentino Marcelo Diez fue un tanto distinta. El país del sur no ha legalizado la eutanasia, pero desde el 2012 contempla una norma que permite la muerte digna y protege los derechos de los pacientes con enfermedades irreversibles. Diez tenía todo el perfil: se encontraba en estado vegetativo desde hacía 21 años tras sufrir un accidente automovilístico que le dañó el lóbulo frontal. No podía ejercer ninguna acción natural sin ayuda de soportes electrónicos.

Su familia, que para el año 2009 ya no soportaba atestiguar su padecimiento, se amparó en la mencionada ley para exigir que a Marcelo se le corten todos los servicios médicos. El caso pasó a la Corte Suprema, que finalmente emitió una sentencia favorable.

«Un sujeto puede en determinadas circunstancias adoptar decisiones que tengan como fin previsible la culminación de su vida, en tanto se trata de cuestiones que se encuentran dentro de la zona de reserva que asegura el derecho a la autonomía personal. […] En esa zona de reserva el individuo es dueño de hacer elecciones sobre su propia vida sin intromisión del Estado«, se puede leer en el fallo.

No obstante, la decisión de la Corte no pudo ser acatada en el caso. Pocas horas después de emitida la sentencia, Marcelo, que había ingresado a un cuadro grave de neumonía, falleció de manera natural.