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«La Fiscalía ahora tendrá que revaluar si los comandos ejecutaron a ‘Tito'»

«La Fiscalía ahora tendrá que revaluar si los comandos ejecutaron a ‘Tito'»

Tras la absolución del coronel en retiro Jesús Zamudio, quien era procesado por la ejecución extrajudicial del terrorista Eduardo Cruz Sánchez (a) “Tito” tras la operación Chavín de Huántar, el abogado de IDL Carlos Rivera Paz indica que dicha decisión judicial llevará a que se ponga en la mira a algunos de los comandos «Chavín de Huántar» como los autores del mencionado homicidio. La entrevista completa en la siguiente nota.

Por Karen Burbano De la Puente

domingo 31 de enero 2016

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El último 28 de febrero, la Tercera Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Lima, liderada por Ricardo Brousset Salas, absolvió al coronel del Ejército en retiro, Jesús Zamudio, quien era procesado por presuntamente haber ordenado la ejecución del terrorista Eduardo Cruz Sánchez ‘Tito’ tras haber sido capturado con vida en la operación Chavín de Huántar en 1997.

Al respecto, el abogado de IDL Carlos Rivera Paz señala que este hecho pone en aprietos al sistema judicial peruano frente a lo ordenado por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) . Como se recordará, en dicha instancia de justicia supranancional, se acreditó la ejecución extrajudicial del mencionado terrorista y se dispuso que el Estado peruano debía identificar, procesar y sancionar a los responsables del hecho. 

La CorteIDH señaló que sí hubo ejecución extrajudicial del terrorista «Tito» y ordenó que el Estado peruano sancione al responsable. Sin embargo, ahora los tribunales peruanos han concluido que el coronel Zamudio no fue autor de dicho delito. Entonces, ¿el Perú estaría incumpliendo sus obligaciones?

Definitivamente, sí. Se ha determinado una línea sobre la cual el Estado peruano ha decidido clausurar todo tipo de investigación, y creo que esa fue la direccionalidad de la sentencia que dictó la propia Corte Suprema de Justicia. En primer lugar, la propia Sala Penal Anticorrupción juzgó el caso hace unos años atrás y determinó esa decisión, desde todo punto de vista contradictorio porque los fundamentos daban por acreditada la comisión del crimen pero en el fallo, al momento de determinar las responsabilidades individuales, absolvía a todos, y reservaba el juzgamiento de Jesús Zamudio porque probablemente había cometido el crimen, con ayuda de una suerte de comando paralelo, denominados los «gallinazos» del Sistema de Inteligencia (SIN).

Lamentablemente, esa sentencia no solo fue confirmada sino además fue profundizada, en esa línea de argumentación contradictoria, a nivel de la Corte Suprema en el fallo que dio la Sala del juez César San Martín. Más allá de que haya quedado la posibilidad de continuar con las investigaciones, lo que ha hecho el tribunal de Ricardo Brousset es básicamente mantener esa línea de continuidad, interpretando los hechos de la manera más contradictoria, pues existe una persona que ha sido ejecutada sumariamente; sin embargo, el sistema de justicia está descartando la posibilidad de que los procesados, en este caso Vladimiro Montesinos, Hermoza Ríos, y ahora Zamudio, tengan algún tipo de responsabilidad.

Entonces, ¿las resoluciones que hasta el momento se han dado han sido contradictorias? Y, ahora, ¿qué efectos tendrá la absolución de Zamudio?

Es una decisión contradictoria a lo que se había logrado acreditar en el juicio penal, pero no solo eso, sino que va a tener serias consecuencias sobre la posibilidad de que el Estado peruano cumpla de verdad con el mandato de la Corte IDH.

Existían dos hipótesis en este caso. Una era que el asesinato había sido cometido por alguno o algunos de los comandos Chavín de Huántar. No obstante, esa tesis inicialmente se dejó de lado en el propio juicio penal y, por lo tanto, la tesis que se mantenía en pie era que se había desarrollado y comprobado una suerte de línea de comando paralela a los Chavín de Huántar, constituida sobre la base de una cabeza, que era Montesinos, y de unos ejecutores, que era Zamudio y los operadores materiales, los llamados ‘gallinazos’. Sin embargo, esta otra alternativa ha sido también desautorizada y ha sido desconocida primero por el tribunal de Carmen Rojjasi y ahora por el tribunal de Brousset, y confirmada por la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema. Ante lo cual estamos frente a un hecho inédito, debido a que el sistema de justicia ha dicho que Tito fue ejecutado extrajudicialmente.

Si el autor del delito no fue Jesús Zamudio, ¿entonces podrían ser los comandos Chavín de Huántar?

Esa pregunta la tendrá que responder el Ministerio Público porque desde el punto de vista que nosotros manejábamos, hasta el momento que salió la sentencia de la Corte IDH, la tesis que más viabilidad judicial tiene es que el crimen había sido cometido por esta suerte de cadena de mando paralela, la cual era liderada por Montesinos, por Fujimori, y que tenía como ejecutores a los llamados «gallinazos». Estos, según el primer juicio, habían tenido como jefe operativo al famoso Jesús Zamudio Aliaga, porque existían testigo que dieron cuenta que ellos asesinaron a Eduardo Cruz Sánchez (a) “Tito”, y a la persona que le reportaron la detención había sido a Zamudio. Este indicio fuerte determinaba que esa era una línea de interpretación para encontrar los responsables de la ejecución extrajudicial de Tito; sin embargo, se cerró también esa posibilidad con la sentencia de Carmen Rojjasi que absolvió a Montesinos y ahora con la que está absolviendo a Zamudio.

Por lo tanto, la Fiscalía sí tiene un reto, y tiene que evaluar si «Tito» fue ejecutado por alguno de los comandos de la patrulla «Tenaz» de Chavín de Huántar. Seguramente la sentencia que absuelve a Zamudio va a ser confirmado por la Corte Suprema, con lo cual se le ha hecho un flaco favor a los comandos. Si no fue Montesinos, si no fue Zamudio, y si no fueron los «gallinazos», ¿quién fue? De hecho Tito no se suicidó, alguien lo mató; por lo tanto, la Fiscalía tendría necesariamente que revaluar la teoría de que fueron los comandos de Chavín de Huántar, no los 140, sino algunos de ellos.

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