Mientras se terminan de contabilizar las últimas actas electorales del domingo 5 de junio, el margen entre los candidatos Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori se ha venido reduciendo en la que sería la elección presidencial peruana más ajustada de los últimos 25 años.

Así, al 99.497% de actas procesadas y 98.390% de contabilizadas, los votos que alejan a ambos postulantes son solo 43 mil 914, con Kuczynski adelante. Aunque un escenario de empate es siempre muy improbable, resulta válido preguntarse qué ocurriría si los dos candidatos obtuvieran igual número de adhesiones. ¿Cómo se resolvería legalmente esta situación?

A diferencia de elecciones congresales –donde el curul en disputa puede ser sometido a sorteo en caso de empate, según lo señala la Ley Orgánica de Elecciones en su artículo 30 literal f– no existe una disposición similar para las elecciones generales.

En el caso de candidatos a regidores de municipios que obtengan igual número de votos para un mismo cargo, la mecánica del sorteo también es una alternativa planteada expresamente en el numeral 6 del artículo 26 de la Ley de Elecciones Municipales.

El cargo de presidente de la República se determina únicamente por mayoría de votos obtenidos. En caso de no alcanzar al porcentaje mínimo, se activa una segunda elección, conocida como “segunda vuelta” o “balotaje”. Pero nuestra legislación vigente no prevé la manera de solucionar el empate en dicho balotaje.

Consultado por LaLey.pe sobre esta situación hipotética, el abogado Aníbal Quiroga León explica que los mecanismos legales para casos de empate no se han previsto en elecciones presidenciales debido a que la cantidad de votantes es mucho mayor quen las municipales, por lo que resulta altamente improbable que los candidatos obtengan igual número de votos.

«Los antecedentes internacionales y nacionales nos remiten a casos de elecciones muy ajustadas, pero nunca a empates. La segunda vuelta, a diferencia de lo que mucha gente piensa, no sirve para demostrar cuánta adhesión tiene un candidato u otro, sino para darle al elegido una legitimidad mayor que la que obtiene en primera vuelta», precisa el constitucionalista.

Asimismo, Quiroga señaló que «cuando hay lagunas o vacíos en el Derecho, se recurre a la analogía. En el supuesto de ciencia ficción que se produzca un empate, tendría que generarse un sorteo [como así se prevé para el Congreso y el puesto de regidor municipal], pues no habría tiempo para una tercera elección, considerando que la toma de mando siempre se realiza el 28 de julio. El Jurado Nacional de Elecciones, en este supuesto, tendría que convocar un sorteo. Pero, repito, es altísimamente improbable una situación así».