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El destino de las sociedades humanas

El destino de las sociedades humanas

¿Por qué una civilización como la China que, desde el punto de vista europeo (si hubiera existido tal punto de vista en ese entonces), estaba a las puertas de una revolución industrial, fue rezagada por los europeos? ¿Por qué pasó lo mismo con la India? ¿Por qué un imperio con más de siete millones de habitantes se convirtió en el experimento colonialista de un Estado europeo casi fallido y de sus pocas centenas de colonos? Jared Diamond, el laureado autor de esta fascinante breve historia de la humanidad en los últimos 13 mil años, es profesor de geografía en la Universidad de California.

Por Redacción Laley.pe

sábado 16 de mayo 2015

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*Por: Luis Davelouis

Empezó su carrera en fisiología y la expandió hacia biología evolutiva y la biogeografía. En su libro, Diamond narra –entre varios otros procesos de invención– la aparición de la agricultura, la que podría haber sido inventada, olvidada y reinventada casi una docena de veces en distintas partes del globo en un lapso de unos 40 mil años.

La observación, argumenta Diamond, jugó aquí un rol primordial pero también el hecho de que las letrinas y botaderos de esos grupos humanos estuvieran tan cerca de donde dormían. Las semillas de los frutos y vegetales no son digeridas y sobre suelos fértiles (abonados constantemente) y humedecidos germinan con gran facilidad.

Lo segundo que se infiere de esto último es que quien inventó la agricultura debía poder destinar una buena porción de su tiempo a observar que sus tareas no supusieran dejar el lugar en el que estuviera asentado. Por eso, es probable que las mujeres muy viejas, las parturientas o aquellas con niños muy pequeños que les impedía ayudar en la actividad de la caza o recolección de alimentos, se hayan percatado del ciclo.

Diamond describe cómo es que las condiciones geográficas, que tienen que ver también con la distribución del alimento (atomizada y concentrada en algunos muy escasos puntos alrededor del todo el globo) y, en segundo término, las condiciones sociales determinaron la capacidad de innovar y el consecuente avance tecnológico de cada grupo humano. Esto, a su vez, tuvo un efecto decisivo en las dinámicas de los grupos más avanzados con los grupos vecinos.

A mayor tecnología, mayores posibilidades de conseguir alimento a través de incremento en el tamaño o número de las piezas de caza así como anexando los territorios de caza de otros grupos en desventaja tecnológica. La provisión mayor de alimento les permitió incrementar el número de miembros, lo que es una ventaja de corto y de largo plazo frente a otros grupos. El mayor número permite controlar más territorios y proveerse de más fuentes de alimentos a la vez que abona en cuanto a diversidad e innovación. En el corto plazo, los grupos grandes son estructuralmente menos vulnerables a las enfermedades pero se convierten en campos de cultivo de otros gér-menes y virus a los que a la larga generan resistencias orgánicas.

Mucho más tarde esto, por sí solo, constituyó, por ejemplo, un arma de colonización poderosísima en Oceanía y en particular en la conquista de las civilizaciones de América. En síntesis, Diamond sugiere que la geografía de Eurasia era más apta para la agricultura, la domesticación de animales y el libre flujo de información. Como resultado de lo anterior, aparecieron culturas más populosas que desarrollaron formas de gobierno y comunicación cada vez más complejos a la vez que incrementaban su resistencia a las enfermedades.

Finalmente, la fragmentación de Europa le imprimió un poder de competitividad que China, después de la guerras de unificación e instauración de la dinastía Qin (Chin), no pudo continuar y que, más bien, le permitió a los europeos utilizar inventos chinos como la pólvora para crear armas de fuego y conquistar América y más tarde subyugar a la propia China.

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