Por: Gabriela Quevedo Castañeda

“Internet está aún en la pre historia”. Para José Luis Orihuela, miembro de la Guía de Expertos Españoles sobre Internet desde el 2001, el futuro de la red se basa en una interacción que rompe la doble dimensión que se establece entre la pantalla de la computadora o del móvil y el usuario.

Orihuela, codirector del Congreso Iberoamericano de Redes Sociales (iRedes) desde el 2014, asegura que las redes sociales forman parte de nuestro ambiente cultural de la misma forma que para generaciones anteriores lo forma la electricidad, el agua potable o las carreteras: así es, ya son indispensables.

El sector jurídico no debe quedar fuera de ello y es por lo mismo que este año la quinta edición de iRedes celebrada en Burgos, España, colocó por primera vez en su programa una mesa jurídica. El tema del debate: la Ley de la Propiedad Intelectual (LPI) que afecta tanto a usuarios como a webs de enlaces. Los abogados, legisladores y todo aquel vinculado al sistema de justicia no puede quedar más ausente de esta revolución, es hora de verse dentro del mapa de las redes sociales y el impacto que tiene entre sus componentes, uno de los que tiene esta visión es: José Luis Orihuela.

Partamos de la comunicación entre abogados: enrevesada, casi en clave ¿cómo cambiar este paradigma?

Creo que el abogado y el legislador lo que tienen que hacer a través de su instrumento que es la ley es encontrar soluciones a los problemas de la gente. En un entorno en el que la gente está hiperconectada y en el que los usuarios de la información se han convertido también en generadores de contenido la exigencia es traducir nuestra jerga y nuestro hiperespecializado conocimiento en un lenguaje que la gente pueda comprender. Ser más transparentes acerca de nuestros propios procedimientos, no escudarnos en el lenguaje complejo o en el boletín oficial, sino aportar soluciones, aportar respuestas que son didácticas.

Los youtubers (usuarios que se apoyan en los videos para abordar un tema de interés) y blogueros suelen ser personajes más cercanos a la audiencia en Internet, ¿en algún punto los abogados podrían apuntar a ser youtubers sin que sientan que han perdido su autoridad profesional?

La pregunta es de lo más atrevida y provocadora. Creo que lo que nos están mostrando los Youtubers son formas de comunicación, narrativa y de lenguaje audiovisual que rompen con todo lo conocido. ¿Qué es lo que los abogados podrían aprender acerca de esta revolución? Yo creo que algo que está más próximo a las conferencias TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño por sus siglas en inglés). Ser capaces de explicar nuestra especialidad a una audiencia no especializada de un modo práctico. Esto es algo que podemos aprender, que es muy difícil, pero que me parece es un desafío: nuevas narrativas, lenguajes y nuevas formas de conectar nuestro conocimiento con la necesidad y los problemas de la gente.

Hay paradigmas de innovación en Europa y gran parte del mercado jurídico anglosajón donde el principal apoyo es Internet. Se concibe la atención jurídica sin necesidad de espacios físicos como los despachos, por ejemplo ¿por qué aún no ocurre eso en Latinoamérica?

Cuando las cosas pasan tan rápido como está ocurriendo desde hace 20 años, producto de las innovaciones que nos ha traído la conectividad, los que ganan no son los más grandes sino los que tienen la capacidad de aprender y cambiar más rápido. Y para aprender más rápido lo que tenemos que hacer es aprender de los que llevan más tiempo cometiendo errores. Por eso muchas veces miramos hacia EE. UU. o hacia Europa. Hay que aprender de los mejores, hay que explorar desde el ámbito jurídico los buenos ejemplos de prácticas jurídicas que estén en la red. Inspirar, y no necesariamente duplicarlos, sino inspirarse en ello y adaptarlo a vuestro mercado.

¿Qué hace que un usuario sea influyente? Partamos de la premisa de que la robustez de una comunidad no se halla garantizada por la cantidad, sino la calidad de sus contactos.

Aquí hay varios factores que considerar, el primero es que hay usuarios que son influyentes en las redes sociales porque ya eran influyentes antes, es decir, un profesional que tenga un historial relevante en el ámbito que sea. El momento en que hace su aparición en las redes sociales abre una cuenta en Twitter o un perfil en Facebook inmediatamente lo que hace es arrastrar a buena parte de su comunidad a su identidad digital o identidad virtual. Un segundo factor importante es, como bien has indicado, la fortaleza de las propias comunidades y eso dicho de otra forma es la capacidad que tengan tus seguidores de hacer viral tu mensaje, es decir, no es necesariamente la influencia es proporcional a la cantidad de seguidores, pero sí lo es al impacto que tengan tus seguidores, pocos o muchos, sobre sus propias redes de mensaje. En tercer lugar, ¿qué era la influencia antes de que existieran los medios 2.0? Bueno, era la capacidad de influir en la conducta de los demás. Ahora sigue siendo lo mismo, una persona influyente básicamente es alguien capaz no solo a través de redes sociales, sino a través de ese conglomerado de medios viejos y nuevos de influir en la conducta de la gente.

Hablemos del papel, para el mundo jurídico este soporte suele contener la mayor cantidad de fuentes de consulta que el medio digital ¿será posible que en un futuro cercano caduque?

Me parece que el discurso acerca de que esto mata aquello en general no ha funcionado nunca y este es solamente el recurso del miedo y la ignorancia. Pues principalmente lo que tenemos ahora son medios antiguos que se están redefiniendo mutuamente, que están creando un escenario nuevo, un escenario en el que funcionan como te digo de manera ecológica o sistémica. Seguiremos teniendo papel seguramente por más de 50 años en medios de comunicación. Mira hay una cosa bastante chistosa y es que cuando empezó a popularizarse la imprenta de Gutemberg durante muchos años se siguieron considerando que el soporte digamos noble para las disposiciones legales seguiría siendo la vitela. Es decir, se pensaba que el nuevo medio, que era el papel impreso, no era un soporte lo suficientemente digno como para una resolución o para un mandamiento así que se debía usar el viejo soporte que era la vitela.