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Colombia: Colegios deben promover el respeto por la diversidad sexual

Colombia: Colegios deben promover el respeto por la diversidad sexual

A través de una reciente sentencia, la Corte Constitucional concluyó que el colegio bogotano Gimnasio Castillo Campestre vulneró varios derechos fundamentales de su ex alumno Sergio Urrego Reyes. Como se recuerda, el adolescente de 16 años se suicidó en agosto del año pasado luego de que la dirección del plantel tomara medidas administrativas al conocer su orientación sexual diferente.

Por Ana Bazo Reisman

miércoles 26 de agosto 2015

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Develar una placa en memoria de su fallecido ex estudiante, Sergio Urrego Reyes, no será la única orden que deberá acatar el colegio bogotano Gimnasio Castillo Campestre. De hecho, la reciente sentencia emitida por la Corte Constitucional colombiana también obliga a la institución a reunir a la comunidad estudiantil, autoridades del Ministerio de Educación, familiares, amigos y colectivos a los que pertenecía el joven a un acto público de desagravio a su favor.

Este fallo fue dado luego de que la madre de Sergio interpusiera una acción de tutela en contra de las autoridades del centro educativo por la sistemática discriminación de la que el menor –quien se identificaba como homosexual– fue víctima. Como se conoce, Sergio se lanzó de lo alto de la terraza de un centro comercial en Bogotá el 4 de agosto de 2014 por la afectación emocional que le ocasionaron las medidas tomadas por el colegio luego de que se descubriera su orientación sexual.

Así, en el caso de Sergio, la Corte Constitucional finalmente estableció que el plantel había violado sus derechos a la educación, a la no discriminación, a la igualdad, a la intimidad y al buen nombre.

La alta judicatura también ordenó al Ministerio de Educación a diseñar e implementar –en un plazo no mayor de año y medio en total– políticas que guíen y garanticen la buena convivencia en las escuelas así como el respeto hacia la diversidad sexual e identidad de género. Es preciso señalar que en Colombia existe tanto una ley como un decreto que contemplan la creación del Sistema Nacional de Convivencia Escolar.

El caso

Antes de lanzarse desde lo alto del centro comercial Titán Plaza el 4 de agosto de 2014, Sergio David Urrego Reyes explicó mediante dos cartas el porqué de su decisión. La principal razón fue el trato discriminatorio que los administrativos del colegio Gimnasio Castillo Campestre promovieron en su contra a raíz de que uno de los profesores lo descubriera dándose un beso con otro estudiante para que una amiga les tomara una foto.

La retención de esta imagen ocurrió a inicios de mayo y, según las autoridades de la institución, los jóvenes habían violado el artículo 6.2.1.2.13 del Manual de Convivencia Escolar, en donde se establece como faltas graves “las manifestaciones de amor obscenas, grotescas o vulgares”. Posteriormente, tanto Sergio como Horacio –su pareja– fueron citados en varias ocasiones al departamento de psicología del plantel y finalmente presionados a firmar un documento donde se comprometían a “mantener distancia” uno del otro.

Para mediados de junio, las autoridades del centro educativo citaron a los padres de Sergio para darles a conocer la situación. La madre del menor, Alba Reyes Arenas, acudió al plantel sin el padre, explicando que este no podía asistir por motivos laborales. Fue entonces que la rectoría de la institución decidió privar de clases a Sergio hasta que ambos padres aparecieran en la reunión. Tras este condicionamiento que consideraba excesivo, Alba Reyes Arenas presentó una queja ante la Secretaría de Educación de Cundinamarca, donde alegó que su hijo estaba siendo discriminado por su orientación sexual.

Cuando finalmente se concretó la reunión con los dos padres de Sergio, la rectora les dio a conocer que existía una denuncia por parte de los padres de Horacio en contra de Sergio. Lo acusaban de acoso sexual en agravio de su hijo para que este acceda a tener una relación con él. Pese a que ambos menores ya habían previamente confirmado que eran pareja, el plantel respaldó la idea de que Sergio era un acosador sexual.

Por su parte, los directivos del colegio denunciaron a la madre de Sergio ante la Comisaría Décima de Familia de Engativá y ante el Instituto de Bienestar Familiar por presunto abandono de hogar. Esto, porque el menor no vivía con la madre, sino con su abuela.

A finales de julio, y luego de esta serie de tratos, la madre decidió retirar a Sergio del plantel. Deprimido y afectado por toda la situación, Sergio se quitó la vida el 4 de agosto, no sin antes dejar prueba escrita de su padecimiento emocional y accesos a sus cuentas electrónicas y móviles en donde se pudo corroborar que no existió acoso sexual alguno contra Horacio.

Posterior a la muerte de Sergio, la madre aportó pruebas de que el colegio había tomado acciones faltando a la honra del menor para desvincularse del asunto. Según hizo saber Reyes Arenas, la rectora del plantel hizo extensivo en las aulas un comunicado en el que se refería a la ideología «anarquista», «ateísmo» e «identidad sexual» de Sergio como motivos por los que puso fin a su vida.

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