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¿Y la resocialización de la sociedad?

¿Y la resocialización de la sociedad?

El abogado penalista Branko Yvancovich considera que los decretos legislativos le han quitado contenido a la pena pues ninguno ha presentado un plan serio para la prevención y reducción de la criminalidad. Sostiene que es necesario que se incorpore a la sociedad en un plan de control de la delincuencia con medidas alejadas de las reformas penales.

Por Branko Slavko Yvancovich Vásquez

jueves 12 de enero 2017

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Hace ya varios años, un muy buen amigo, Miguel Borra Martel, propuso como tema de tesis que era necesario analizar el proceso de resocialización de la sociedad, de modo que cuando el delincuente cumpliera su pena, pudiera tener opciones de readaptación y evitar el rechazo social. En pocas palabras, incorporar junto al concepto personal de resocialización como fin de la pena, uno social, de modo que la sociedad pueda ver en donde está fallando en el camino de la prevención de delitos.

En contraste con esta propuesta, ninguno de los más de cien Decretos Legislativos reguló lo que, dentro del campo de la ciencia jurídico-penal, para los penalistas y criminólogos es la verdadera solución: un plan aplicado a la sociedad para la prevención de la criminalidad como el desarrollo de la educación o el acceso a servicios básicos. Claro, un proceso de esta naturaleza no toma menos de 15 años, pero los resultados son extraordinarios.

Prueba de esto es que tenemos un Código Penal con más de quinientas modificaciones y tipos penales que tranquilamente llegan (y superan) los siete párrafos, algunos de los cuales pueden tener más de cuatro circunstancias agravantes. Una estructura así genera que los efectos directos en los fines de la pena no sean pocos. El aumento indiscriminado de los márgenes punitivos hace prácticamente imposible la obtención de cualquier beneficio del tratamiento penitenciario a pesar del intento de reestructuración del sistema penitenciario.

Ahora bien, la pena, y en extensión el Derecho Penal, poco o nada podrán hacer si se busca responder únicamente a escenarios políticos actuales, donde la única causa de la violencia contra las mujeres es el machismo, la de la injusticia es la corrupción y la del desorden social es la inseguridad ciudadana. Y, lo peor, es tomar estas modificaciones como estandarte de una victoria ideológica o política mientras los penalistas tienen que centrar sus esfuerzos en solucionar incoherencias. La mayor prueba de ello es que pasamos de tener un Código Penal a una enciclopedia de delitos, y no precisamente una buena.

Se ha dejado en manos del Derecho Penal la protección de lo moralmente bueno y lo políticamente correcto, en lugar de reconducirlo a los sectores de control social informal como la educación o la familia. Ha quedado ya muy atrás el principio de mínima intervención del Derecho Penal, que no implica en lo absoluto una ventana a la impunidad de ciertas conductas, sino el avocamiento de las causas más graves.

Considero que la exclusión de la sociedad del proceso de prevención del delito tiene como efecto -el más importante, considero- que el cumplimiento de la pena logrará únicamente su reinserción del delincuente al grupo criminal y no en la sociedad porque lo rechaza. Un escenario de estas características no es más que el inicio de un círculo vicioso dentro del cual más y más jóvenes se verán inmersos en el crimen.

No obstante, un buen plan social podría generar algún beneficio dentro de este escenario adverso, ya que, tal como me atrevo a verlo, las posibilidades de disminución y prevención de la criminalidad aumentarían si esta persona logra ser debidamente rehabilitada, reeducada y resocializada e introducida en el propio grupo criminal, de modo que haga llevar a los delincuentes, opciones de cambio. Sin embargo, esto no funcionará si no hay respaldo social.


(*) Branko Slavko Yvancovich Vásquez es socio de Yvancovich & Castillo Abogados. Abogado investigador y estudiante de la Maestría en Derecho Penal de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ganador de la Beca Aristóteles a la excelencia en la Escuela de Postgrado (PUCP). Asimismo, formó parte del Área Penal y Procesal Penal de Gaceta Jurídica, miembro de Gaceta Penal & Procesal Penal e integrante del equipo legal de LaLey.pe.

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