Pese a que no se logró que los animales portugueses tengan el estatuto de personas, como algunos animalistas pretendían dicho país, la Asamblea de la República determinó la creación de una figura jurídica intermedia para que el animal no siga siendo tratado como una cosa.
La relevancia de esta determinación es que el animal, al ser asimilado a un objeto, solo podía considerarse su pérdida, robo o daño como un perjuicio patrimonial, como si fuera el coche o el sofá de la casa.
Como parte de esta medida, aumentarán las indemnizaciones a los dueños que pierden a su animal querido. Además los jueces van a tener que decidir, en caso de conflictos generados por los divorcios, el reparto de vacaciones y fines de semana de la mascota.
Este cambio legislativo en el Código Civil fue una iniciativa del partido Personas, Animales, Naturaleza (PAN), el cual solo cuenta con un solo diputado en la cámara portuguesa.