Nuestras siempre bien enteradas fuentes nos comentan que en medio de todo el vaivén de las negociaciones para la homologación de los sueldos, quienes no perdieron el temple entre los jueces fueron las damas. Uno de los momentos que pintan completamente el cuadro fue cuando una vez presentado el proyecto de ley en el Congreso, los caballeros evaluaron dar su brazo a torcer y fueron especialmente las juezas Mirtha Céspedes Cabala y Liliana Dávila quienes se impusieron a no dar marcha atrás. ¡Uy!