Tras casi nueve meses de estado de emergencia debido a la crisis sanitaria, el Perú ha sufrido diversos golpes, uno de ellos es el crecimiento de la tasa de informalidad laboral en el país. Si bien el Perú tiene altos índices de informalidad laboral, este panorama a empeorado según los últimos informes técnicos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

La tasa de empleo informal del Perú avanzó en el primer trimestre del 2020 a 73% y en el tercer trimestre a 75,2%. Con ello, la informalidad del empleo en el país alcanzaría su pico más alto en los últimos 8 años según informa el INEI.

¿Qué entendemos por empleo informal?

La informalidad laboral o trabajo informal es toda ocupación, formas de producción o realización de servicios que se brinden o sean ejercidas por sujetos en un contexto fuera del marco legal.

Las actividades económicas que se realizan en el ámbito de la informalidad no están dotadas de protección legal en cuanto a las normativas del Derecho del Trabajo. Asimismo, entre ellas resalta la falta de un contrato laboral donde se recojan las condiciones laborales mínimas y las protecciones que todo empleador debe tener con su empleado.

¿Cómo identificamos un trabajo informal?

El trabajo informal presenta como principal característica la falta de un contrato laboral, que trae consigo una inestabilidad laboral.

Por otra parte, el empleo informal se caracteriza por: salarios bajos, la mayoría inferior a la remuneración mínima vital; pagos fuera de tiempo o incumplimiento del abono de los salarios; falta de seguros sociales; pensiones; vacaciones; despidos ilegales sin compensación de por medio; etc.

Naturaleza del trabajo informal

Finalmente, la raíz de un trabajo informal se debe a distintas causas, pero entre los más comunes en América latina son la falta o escaso capital de trabajo, alto costo de la formalidad y rigidez regulatoria.