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Elecciones internas y candidatos presidenciales para el bicentenario

Elecciones internas y candidatos presidenciales para el bicentenario

Rafael Rodríguez: «Las candidatas presidenciales representan apenas el 13% del total de postulantes para ocupar el cargo de Jefe de Estado»

Por Rafael Rodríguez Campos

lunes 14 de diciembre 2020

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Si uno revisa el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), podrá advertir que actualmente el Perú cuenta con 24 partidos políticos legalmente inscritos. El partido con inscripción más antigua es “Acción Popular” (04AGO2004), mientras que la inscripción más reciente le corresponde al “Partido Morado” (01MAR2019). Además, el año 2005 registró el mayor número de inscripciones de partidos: “Todos por el Perú”, “Unión por el Perú”, “Restauración Nacional”, “Perú Patria Segura” y “Partido Aprista Peruano”, respectivamente.

Al respecto, corresponde señalar que los domingos 29 de noviembre y 06 de diciembre del presente, en el Perú se llevaron a cabo -por vez primera con la participación de los organismos electorales- las elecciones internas donde los partidos eligieron a sus candidatos (as) a la Presidencia, Congreso y al Parlamento Andino para las Elecciones Generales 2021. Cabe precisar que las elecciones internas tuvieron dos modalidades: a) Afiliados (29NOV2020); y b) Delegados (06DIC2020).

Elecciones Internas (por afiliados)

Por un lado, los partidos que decidieron elegir a sus candidatos vía elección directa (afiliados) fueron los siguientes: Acción Popular, Partido Morado, APRA, Frente Amplio, Juntos por el Perú, Somos Perú y Partido Nacionalista. Es decir, apenas 7 de 23 partidos políticos optaron por la fórmula un militante-un voto, que a nuestro juicio es la más democrática.

Del mismo modo, corresponde señalar que apenas en 3 partidos políticos: Acción Popular, Partido Morado y APRA, se presentaron más de una lista para la contienda interna. En otras palabras, en tan solo 3 partidos podríamos decir que se llevó a cabo una autentica competencia electoral entre más de una propuesta. En el resto de los casos, las elecciones internas únicamente sirvieron para legitimar la participación de los denominados “candidatos únicos o naturales”.

Elecciones Internas (por delegados)

Por su parte, los partidos que decidieron elegir a sus candidatos vía delegados fueron los siguientes: Alianza para el Progreso, Avanza País- Partido de Integración Social, Frente Popular Agrícola FIA de Perú-FREPAP, Fuerza Popular, Frente de la Esperanza 2021, Partido Político Contigo, Partido Político Nacional Perú Libre, Perú Nación, Perú Patria Segura, Podemos Perú, Renacimiento Unido Nacional, Restauración Nacional, Solidaridad Nacional, Todos por el Perú, Unión por el Perú, Vamos Perú (Frente Patriótico Democrático). Es decir, los 16 partidos restantes optaron por la fórmula de elección indirecta (a través de los delegados), que a nuestro juicio es menos democrática que la anterior.

Ausentismo y baja participación de la militancia

Ahora bien, si repasamos las estadísticas oficiales publicadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), podemos afirmar que la participación de la militancia en estas primeras elecciones internas fue bastante escasa. Por ejemplo, tenemos que solo el 5% (aproximadamente) del total de afiliados en los partidos acudió a las urnas. Así, en el Partido Popular Cristiano participó menos del 1% de su militancia. Lo mismo ocurrió con Acción Popular que registró casi el 14%, y, por último, el Partido Morado que apenas superó el 25%. Pero los peores índices de participación corrieron a cargo de Perú Nación (55 militantes), Contigo (137 militantes) y Perú Patria Segura (198 militantes).

Candidatas y candidatos

Sobre este punto, es importante mencionar que tan solo 3 de las 23 fórmulas presidenciales que han resultado “electas” tienen como cabeza de lista a una mujer. Estamos hablando de las siguientes candidatas: Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), Keiko Fujimori (Fuerza Popular) y Nidia Vílchez (APRA). Es decir, las candidatas presidenciales representan apenas el 13% del total de postulantes para ocupar el cargo de Jefe de Estado. Dicho de otra manera, por cada 7 candidatos hombres hay tan solo 1 candidata mujer a la presidencia de la República. Otros datos interesantes son que las tres candidatas han sido parlamentarias, y que dos de ellas ya fueron candidatas a la presidencia de la República: Keiko Fujimori (2011 y 2016) y Verónika Mendoza (2016).

Edades y profesiones

Asimismo, resulta importante recordar que el artículo 110° de la Constitución Política señala que para ser elegido Presidente de la República se requiere ser peruano por nacimiento, tener más de treinta y cinco años de edad al momento de la postulación, y gozar del derecho de sufragio.

Entonces tomando en consideración lo antes expuesto, corresponde precisar que los candidatos de menor edad son los siguientes: George Forsyth (Restauración Nacional: 38 años) y Verónika Mendoza (Juntos por el Perú: 39 años). Del mismo modo, los candidatos de mayor edad son los siguientes: Francisco Diez-Canseco (Perú Nación: 74 años) y Hernando de Soto (Avanza País: 79 años).

Como se puede apreciar la Constitución no exige contar con profesión u oficio para ser candidato presidencial. No obstante, ello, me parece importante anotar que, con respecto a las profesiones de los candidatos presidenciales, tenemos que uno de los postulantes se ha dedicado al deporte profesional. Nos referimos específicamente a George Forsyth, ex futbolista y arquero de Alianza Lima (Restauración Nacional). Con respecto al resto tenemos el siguiente reporte: 6 abogados, 3 economistas, 2 militares en retiro, 2 administradores, 2 ingenieros, y otros.

Más allá de los resultados y perfiles

A propósito de lo antes expuesto, aprovecharé la oportunidad para reiterar lo que en su momento ya señalé con respecto a las elecciones internas. Más aun tomando en consideración el comportamiento de los partidos políticos y los resultados obtenidos en las recientes elecciones internas. Para ello, tomaré como referencia lo expuesto por dos reconocidas politólogas argentinas: Flavia Freidenberg y María Page, quienes desmienten al sentido común y van en contra de lo que suele explicarse a la opinión pública, como ocurre con dos de los grandes mitos construidos en torno a las elecciones internas.

Primero: Las elecciones internas democratizan al partidoFalso. Esto no tiene sustento teórico ni empírico. Las elecciones primarias no necesariamente democratizan los espacios de decisión de la organización política. Mucho menos cuando sólo sirven para determinar la candidatura en un único nivel institucional (si se hacen, por ejemplo, sólo para elegir candidaturas a la Presidencia, pero no incluyen las legislativas o municipales); participa un único candidato o hay dos candidaturas que no son competitivas entre sí. Cuando las elecciones primarias simulan competencia, pero no hay diferencias reales entre las candidaturas y no se manifiestan altos niveles de incertidumbre en los resultados, no generan el resultado esperado. Las primarias, por tanto, son condición necesaria pero no suficiente para democratizar a los partidos, afirma Freidenberg.

    

Segundo: Las elecciones internas mejoran las oportunidades de las mujeres para ganar elecciones. Falso. Suelo pensar, y he podido evidenciar que a los partidos latinoamericanos no les gustan las mujeres, dice Freidenberg. Es una aberración pensar que puede haber democracia donde las mujeres no consiguen ejercer sus derechos políticos-electorales en igualdad de condiciones que los hombres. Las primarias no favorecen necesariamente a las mujeres. Si bien esto depende bastante del tamaño del partido, de la existencia de reglas institucionales que obligan al partido a coordinar la democracia interna con las candidaturas femeninas, lo cierto es que las primarias han servido de excusa para evitar candidaturas de mujeres, apunta Freidenberg.

Ahora bien, para la profesora Page, las elecciones internas, bajo determinadas condiciones, también pueden conseguir resultados positivos para la democracia. Por ejemplo, contribuyen con la estabilidad del sistema político al reducir la fragmentación de los partidos en el Parlamento. Con lo cual, al Ejecutivo se la hará más sencillo coordinar con el Congreso la aprobación de su Agenda Legislativa; y a la oposición le será más fácil controlar al Gobierno.

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