Como David frente a Goliath, pero con la ley de su lado. Así podría resumirse el caso de Robert Heath, un programador informático que el 2011 postuló sin éxito a un empleo en la empresa Google y que hoy mantiene un proceso judicial en su contra por discriminación laboral. Heath sostiene que la única razón por la que no lo contrataron fue porque la empresa tomó en cuenta su edad.

Para ese entonces, Heath tenía 60 años y, según refiere, se encontraba más que calificado para el cargo, pues la misma empresa le notificó haber destacado entre los demás postulantes tras la evaluación y la entrevista personal. Por este motivo, el ciudadano presentó una demanda ante el distrito judicial de California, argumentando que la empresa violó la ley del empleo que rige en el estado.

En su defensa, Heath cita algunos contenidos de una demanda presentada el 2007 por un ex empleado de Google que habría sido despedido por el mismo motivo. Si bien Heath nunca fue contratado por la empresa, estima que su argumentación es válida y planea localizar a otras personas que se encontraron en su misma situación a fin de reforzar su testimonio.

Al ser consultado por prensa internacional, un vocero de la empresa consideró que la demanda no tendrá mayor repercusión y que será desestimada por la justicia.