(Fuente fotografía: Peru21).

Esta intervención se dará en un contexto en que la revista Caretas acusa al fiscal de la Nación José Peláez de negligencia al no entregar información de este proceso a la fiscalía federal del distriro sur de Nueva York. La desidia de José Peláez habría provocado que dicha fiscalía archive una investigación a los Sánchez Paredes por blanqueo de capitales.

Pero, según La República, las pruebas de la participación de la familia trujillana en lavado de activos incluyen informes y documentos entregados por la DEA, sobre remisión de dinero sospechoso del narcotraficante Lucio Tijero Guzmán a Manuel Sánchez Paredes, lo que hace suponer que la información que pedía el fiscal de Nueva York ya está en poder del gobierno norteamericano.

Ahora, en el Perú el caso está entrampado por la falta de pruebas claras de que la fortuna de los Sánchez Paredes tenga origen en acciones de narcotráfico en la década de los ochenta. Los Sánchez Paredes no discuten que dos de sus miembros tuvieron vínculos con el narcotráfico. Lo que ellos niegan es que dichas actividades ilícitas fueran el inicio de la actual fortuna de Manuel y Orlando Sánchez Paredes.   

En abril del 2013 la fiscal superior provisional María Maguiña dijo que no había pruebas de esa relación, el colegiado “D” integrado entonces por Luis Cevallos Vegas, Jackeline Yalán Leal y Liliana Plascencia Rubiños discreparon con la fiscalía y enviaron el voluminoso expediente al fiscal Pablo Sánchez.

Pero, hace unas semanas, Sánchez respondió que el tribunal debe precisar cuáles son las pruebas que la fiscal no vio y que sustentan una acusación contra el clan trujillano. Otro dato es que la fiscalía federal de Nueva York archivó el caso en dos partes: una en abril y el resto en octubre. El Perú parece recién reaccionar.