Una terramoza de la empresa de transporte interprovincial Palomino, fue violada sexualmente por el chofer y el copiloto de la unidad en el área de descanso del personal y mientras la unidad se encontraba en Nazca, en plena ruta iniciada en Arequipa con destino a Lima.

Según el testimonio de la víctima, cuya identidad se mantiene en reserva, al despertar notó que su cuerpo estaba lleno de moretones y su ropa estaba rasgada. Al levantarse sintió dolores en sus genitales, por lo que les reclamó al chofer y cobrador. Ellos le dieron una pastilla para el dolor, que en realidad se trataba de una píldora del día siguiente.

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A su llegada a la capital, la afectada denunció el hecho. Tras tomar conocimiento del delito, las autoridades lograron capturar a los agresores. Sin embargo, la Policía indicó que la fiscal encargada del caso, Karina Toledo Wong, decidió no investigar la denuncia.

La decisión de la letrada obedecía a que la víctima le dijo que despertó en Nazca y no en Lima tras ser dopada por los violadores. De esta manera, como el delito había ocurrido en Nazca, la denuncia en Lima no era válida ya que tenía que realizarse en la ciudad donde ocurrió la violación.