Para la Revista Nº 16 de Gestión Pública & Control, Juan F. Jiménez Mayor y Armando San Román Alva entrevistaron al Dr. Juan Carlos Morón Urbina, quien comentó sobre el presente y el futuro de la norma a raíz de los sucesos y desafíos que trajo la COVID-19. Aquí les presentamos un extracto de esta importante entrevista, considerando los 20 años que cumple nuestra Ley de Procedimiento Administrativo General.

JJM y ASRA: Juan Carlos, agradecemos su disposición de contar con nosotros para conocer y comprender estos veinte años de vigencia de la Ley del Procedimiento Administrativo General, así como el futuro de la norma. Siendo la variabilidad una de las características de las normas administrativas, ¿qué explica que a lo largo de estos años esta norma se haya mantenido vigente y solo objeto de modificaciones puntuales?

JCMU: En efecto, estos veinte años de la vigencia de la Ley evidencia que es una norma bien concebida, con fuentes en el Derecho comparado, pero también raíces en la realidad nacional. Opino que su vigencia se ha debido a que no ha sido una norma impuesta por algún sector, no expresa el sentir únicamente de los funcionarios públicos de turno ni fue preparada por consultores desconectados del país. Esos son los vicios en los que generalmente se incurre al elaborar proyectos de normas importantes en nuestro país. Al contrario, esta norma nació de la necesidad de los funcionarios públicos (su preparación fue un acuerdo de un Congreso Nacional de Asesores Legales), fue trabajada de modo paritario entre profesores universitarios de la especialidad y funcionarios públicos (reunidos en comisión por más de un año), y fue trabajada románticamente ad honorem por todos sus integrantes. Finalmente, fue presentada por el Gobierno de Transición (2000) y el Congreso la aprobó prácticamente sin modificaciones.

JJM y ASRA: Los últimos años nos ha mostrado una administración pública poco acertada, con tendencia a la burocratización y con problemas claros en sus decisiones. ¿Cómo ha influido para ello la LPAG?

JCMU: La LPAG contiene los grandes principios para la gestión pública de cara al ciudadano, además de ser una “caja de herramientas” para los funcionarios y los ciudadanos que se relacionan recíprocamente. La calidad de la gestión propiamente no está producida por las normas, sino por el liderazgo correcto de los jerarcas, por una burocracia eficiente y honesta, y por una ciudadanía comprometida con el interés colectivo.

Los problemas de gestión que hemos tenido (corrupción, burocratización, ineficiencia) no se ven influenciados por la norma, sino por la calidad que cada Gobierno posee. La LPAG tiene grandes principios que corresponde a los gerentes públicos acometer y cumplir. En alguna medida, las ineficiencias que podemos haber notado son más por los incumplimientos de regulación de la LPAG, como sucede con las barreras burocráticas que se incrementan a todo nivel de gobierno transgrediendo pura y simplemente diversos artículos de la ley.

Te invitamos a leer la entrevista completa en la Revista Gestión Pública & Control N° 16, edición abril 2021, de Gaceta Jurídica. Visita también nuestras redes sociales en Facebook (@GesPubyCont), Twitter (@GesPubyCont) e Instagram (@gestionpublicaycontrol). 

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