El juez del Segundo Juzgado Civil del Módulo Básico de Justicia de Paucarpata, Yuri Corrales Cuba, expresó hoy que el fallo judicial mediante el cual dispuso el cambio de género, fue expedido de acuerdo con la Constitución y el Derecho.

El magistrado indicó además que en el ordenamiento jurídico del país no existe norma legal ni jurisprudencia alguna que impida hacerlo. Por el contrario, la sentencia de proceso de amparo en el Expediente STC 6040-2015-PA/TC, emitida por el Tribunal Constitucional (TC) del 21 de octubre del 2016 permite emitir este tipo de fallos.

Dicha sentencia otorga a todo juez la libertad de interpretar y aplicar las leyes al amparo de los derechos fundamentales de identidad y sexo de una persona. Es por ello que, el juez Corrales Cuba autorizó el cambio de género de femenino a masculino de A.A.V.G., y ordenó hacer el cambio correspondiente en la partida de nacimiento y en el Documento Nacional de Identidad (DNI), fundamentado en que la transexualidad debe ser entendida como una distorsión de género más no como una enfermedad o patología.

Los medios probatorios presentados por la demandante, quien padeció durante su etapa escolar y preuniversitaria, actos discriminatorios que afectaron su salud emocional fueron considerados por el magistrado, quien declaró fundada la demanda en concordancia con el derecho fundamental a la libertad, desarrollo y bienestar de la persona, protegiendo el derecho al desarrollo pleno de una persona, en este caso transexual. Vale recalcar que esta decisión judicial de primera instancia ya ha sido apelada por el Registro Nacional de Identidad y Estado Civil (Reniec).

Sin embargo, esta no es la primera vez que el magistrado es noticia por emitir sentencias polémicas. Ya en el año 2015, Yuri Corrales se convirtió en el primer juez en nuestro país en ordenar la transfusión de sangre a una menor evangélica de 15 años, pese a la oposición de sus padres por sus creencias religiosas.

El juez también es recordado por su polémica decisión de otorgar en adopción a una menor de edad, pese a que la diferencia de edad con su adoptante era de apenas 16 años.