Escribe: Gabriela Oporto Patroni

Por la magnitud y las repercusiones jurídicas y políticas del caso Lava Jato, el juez Sergio Moro tiene prohibido dar declaraciones a la prensa. Y es comprensible, pues se trata de la investigación más grande sobre corrupción en la historia de Brasil. Sin embargo, un repaso de su notable producción académica y de su trayectoria como magistrado permite acercarnos a este personaje y conocer su pensamiento.

Moro se desempeña como juez de 13° Juzgado Penal de Curitiba y, en paralelo, como profesor de Derecho Procesal Penal en la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Paraná. Se formó como abogado en la Universidad Estatal de Maringa y, además, es magíster y doctor en Derecho por la universidad de la que ahora es docente.

Moro también ha cursado el programa de formación para abogados de la universidad de Harvard y el programa de estudio sobre blanqueo de capitales promovido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Su producción académica impresiona. Ha escrito libros sobre temas de Derecho Constitucional, entre los que destacan, por ejemplo, Desarrollo y eficacia judicial de las normas constitucionales (Max Limonad, 2001), ¿Legislación sospechosa? Eliminación de la presunción de constitucionalidad de la ley (Juruá, 2003) y La jurisdicción constitucional como democracia (Revista dos Tribunais, 2004).

Pero quizás la obra más reconocida que tiene es el libro Crimen de lavado de dinero (Saraiva, 2010), con el que se confirmó como un especialista en la materia. Desde sus trabajos académicos previos, Moro ya había planteado que el crimen de lavado de dinero es autónomo. Es decir, que no se requiere demostrar la actividad ilícita previa que generó el dinero, sino que resulta suficiente contar con indicios sobre su existencia para condenar a una persona por lavado de activos, siempre que se destruya toda duda razonable acerca de su inocencia.

Sin contemplaciones

El proceder de Moro en el caso Lava Jato ha impresionado en Brasil y el resto del mundo. Las órdenes de detención contra directivos de alto rango de grandes empresas, como Odebrecht, Camargo Correa, OAS y otras, fueron ejecutadas sin miramientos y con precisión en noviembre del año pasado. Así, personas que usualmente se consideran intocables por su poder económico fueron detenidas gracias a la postura que tiene Moro respecto a los criminales de cuello blanco.

*Para mayores detalles sobre el caso Lava Jato y el jaque impuesto por el magistrado Sergio Moro a la más alta jerarquía del empresariado brasileño, lea la edición Nº 15 de la revista La Ley.