Permanecerá por 18 meses recluido en el penal Ancón I mientras se le investiga. Luego de fugar del inmueble donde cumplía arresto domiciliario en Bolivia y pasar cinco días en la clandestinidad, el empresario Martín Belaunde Lossio fue finalmente recapturado por el gobierno de Evo Morales y traído a Lima, donde se le condujo de inmediato a la Sala Penal Nacional.

Dado que ya existía una sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Bolivia que dio por aprobado el pedido de extradición formulado por el Estado peruano, el empresario fue traído en calidad de extraditado. Por esta razón, solo será posible investigarlo y eventualmente condenarlo por los delitos de peculado, peculado de uso y asociación ilícita para delinquir (conforme al primer cuadernillo de extradición aprobado por la Corte Suprema), así como por lavado de activos en el caso La Centralita.

Sobre este último delito, debe recordarse que hace dos meses, el 25 de marzo, la Corte Suprema aprobó la ampliación del pedido de extradición de Martín Belaunde Lossio por el delito de lavado de activos. Lo que está pendiente es que el Consejo de Ministros de nuestro país apruebe este nuevo expediente de extradición y sea enviado a Bolivia.

De ser juzgado, la pena máxima que recibiría es la de 15 años, cantidad contemplada para el ilícito de lavado de activos. Otro de los delitos graves –que subsumiría las demás imputaciones– es el de asociación ilícita para delinquir, que también prevé de ocho a 15 años de prisión efectiva.

Caso La Centralita y las tres imputaciones

El empresario afrontará investigaciones en torno a tres delitos: peculado, asociación ilícita para delinquir y lavado de activos. Pese a que estas imputaciones podrían calzar con otros casos descubiertos a lo largo del año, Belaunde Lossio solo será procesado –de hallársele culpabilidad – por el caso ‘La Centralita’, en el que están también inmersos los presos Rodolfo Orellana y César Álvarez.

Según los indicios identificados por el Ministerio Público, habría participado activamente en la red de corrupción que se instaló dentro de la región Áncash.  Así, a Belaunde se le acusa de crear una empresa ‘fachada’ llamada Ilios Producciones SAC que funcionaba en un inmueble de cuatro pisos conocido como ‘La Centralita’, en Áncash.

En este lugar se habrían planificado actividades ilícitas –espionaje, persecución, lavado de dinero e incluso asesinatos– y editado spots de campaña a favor del ahora encarcelado exgobernador regional Álvarez. De manera que el empresario era también asesor de su imagen política, además de un facilitador en el encubrimiento de los delitos presuntamente perpetrados por el régimen.

Antecedentes a su captura

Belaunde Lossio escapó de manera ilegal y se mantuvo en Bolivia desde el 1 de diciembre del año pasado afirmando que no tenía garantías de un debido proceso en nuestro país. Sobre esa idea, y alegando ser un perseguido político, solicitó el refugio ante la Comisión Nacional del  Refugiado de Bolivia (Conare).

Sin embargo, la entidad le rechazó esta condición en dos oportunidades, por lo que su única salida era argumentar en contra de la extradición que el Estado peruano ya había pedido. Su defensa llegó hasta el Tribunal Constitucional boliviano, pero sin éxito.  Así, el pasado 11 de mayo, la Sala Plena del Tribunal de Justicia de ese país aprobó el proceso de extradición, hecho que se concretaría al cabo de quince días.

Sin embargo, el empresario – que mientras tanto permanecía con arresto domiciliario en La Paz –se fugó el 24 de mayo hasta su recaptura producida el día de ayer en la localidad del Beni, muy cerca de la frontera con Brasil.