La Tercera Sala Penal de Apelaciones de Piura viene realizando la audiencia de apelación de los siete meses de prisión preventiva dictados contra el suboficial PNP Elvis Miranda Rojas, quien viene cumpliendo la medida por los presuntos delitos de homicidio y abuso de autoridad tras abatir a un presunto delincuente el pasado 13 de enero.

En la audiencia, realizada en la sede principal de la Corte Superior de Justicia de Piura, cuenta con la presencia del ministro del Interior, Carlos Morán; el asesor legal de la PNP, general Máximo Ramírez, además de la familia del efectivo policial.

VEA TAMBIÉN: Caso Lava Jato: fiscales del equipo especial viajarán a Andorra para recabar información

Vale precisar que la defensa del suboficial Miranda está a cargo de la abogada Cecilia Pizarro Romero, mientras que la parte contraria está a cargo del fiscal de la Cuarta Fiscalía Superior Penal de Piura, Feliciano Lalupú Sernaqué.

En el transcurso de la sesión, los tres jueces superiores vienen analizando los argumentos de ambas partes. El fiscal Lalupú Sernaqué remarcó que los antecedentes de una persona no pueden ser considerados para quitarle su vida: «Los antecedentes penales de una persona no justifican que se le quite la vida, ese no puede ser un argumento válido de la defensa (del policía Miranda). Sí, es cierto. Tiene antecedentes, un registro delictivo, pero no se le puede quitar la vida».

A su turno, la abogada Pizarro Romero hizo hincapié en la reacción de la familia de la persona fallecida contra la comisaría en la que pertenece su defendido: «Hay que valorar la violencia con la que actuaron familiares y personas cercanas al hoy occiso Juan Carlos Ramírez Chocán, sindicado como presunto delincuente. La turba agredió la dependencia policial en la que trabajaba (Miranda)».

Como se recuerda, el suboficial Miranda disparó con su arma reglamentaria contra un presunto delincuente identificado como Juan Carlos Ramírez Chocán, quien se habría intentado darse a la fuga. Es ahí cuando es abatido por el efectivo policial. Tras su deceso, familiares y vecinos de Ramírez Chocán atacaron la comisaría de Tacalá, donde trabajaba el policía, a punta de piedras y palos.