![[Img #6375]](/upload/img/periodico/img_6375.jpg)
La confidencialidad es clave en las labores diarias de los abogados. Es por ello que la mayoría prefiere mantener comunicación con sus clientes de manera muy cuidadosa, incluso evitando la utilización de plataformas de mensajería instantánea debido a su fragilidad y poca garantía de seguridad.
Sin embargo, existe una variedad de herramientas en el mercado que, si bien no son tan populares como la aplicación Whatsapp, sirven de mucho para aquellos litigantes precavidos.
Telegram, el principal competidor de Whatsapp ya ha cautivado a muchos usuarios alrededor del mundo. Su servicio, completamente gratuito y adaptable a la mayoría de dispositivos móviles, ofrece la máxima seguridad para los mensajes.
También se puede elegir que el mensaje enviado se autodestruya en un tiempo determinado, además de encriptarlos para que solo sean vistos por el autor del contenido. Por otro lado, su sistema es ‘anti hackers’, por lo que no hay posibilidad de que un tercero acceda a la comunicación.
A este servicio se suman aquellos que diversos portales especializados califican de infranqueables. Se trata de Chatsecure y Textsecure.
Chatsecure, de gran acogida entre los usuarios, permite que uno converse sin la necesidad de que el receptor de los mensajes maneje la misma herramienta. Lo único que se debe hacer es crear una cuenta a modo de correo electrónico para ingresar a este servicio y elegir las plataformas a las que se quiera acceder (Facebook chat, Whatsapp).
Por su parte, Textsecure permite encriptar los mensajes de texto a través de la emisión de una frase como contraseña de acceso. De esta manera, cualquier persona que tenga acceso al móvil y que sea extraña a esta clave solo podrá ver mensajes ilegibles.