El Tribunal de Protección Británico ordenó a una joven a realizarse un aborto, esto a raíz de la discapacidad intelectual que padece. La jueza Nathalie Lieven, luego de la decisión, describió su resolución como «desgarradora» pero absolutamente necesaria, ya que considera que es lo mejor para la mujer.

La joven de identidad desconocida está en la semana 22 de embarazo. Tanto ella como sus padres, con quienes vive, está en contra de interrumpir la gestación. Alegan que el fallo va en contra de su voluntad.

Según los informes presentado ante el Tribunal, la joven tiene más de 20 años, pero su edad mental corresponde a la de una niña de 6 o 9 años, factor determinante en la decisión de la jueza Lieven. Por otro lado, aún no se encuentran claras las circunstancias respecto de la concepción, por lo que esta situación aún es materia de investigación policial en curso.

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La jueza Lieven, quien ejecuta sus funciones en la dependencia encargada de casos vinculados con personas sin la suficiente capacidad mental para la toma de sus decisiones, manifestó: «Soy muy consciente de que el hecho de que el Estado ordene a una mujer abortar, aunque no quiera, es una inmensa intrusión, pero actúo pensando en los mejores intereses para la mujer».

Sin embargo, los padres de la joven fueron enérgicos al expresar su voluntad de continuar con el embarazo de su hija, incluso ofrecieron hacerse responsables del niño por nacer.