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Todos vamos hacia el mismo puerto: ¿Qué se espera del Anteproyecto de Reforma al Código Civil?

Todos vamos hacia el mismo puerto: ¿Qué se espera del Anteproyecto de Reforma al Código Civil?

A propósito de la publicación del Anteproyecto de Reforma del Código Civil peruano, el autor considera que en los próximos días se va a iniciar un verdadero y necesario debate nacional en torno a una serie de figuras que requieren ser reformadas. Por ello, augura que se vienen buenos vientos para el Derecho Civil peruano.

Por Jhoel Chipana Catalán

lunes 26 de agosto 2019

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El domingo 25 de agosto se hizo público el Anteproyecto de Reforma del Código Civil peruano que fue elaborado por una comisión nombrada para tal fin mediante la Resolución Ministerial Nº 0300-2016-JUS.

Lo primero que se debe hacer (porque es lo que corresponde), es agradecer la labor de la Comisión, pues trabajar en una tarea de esta naturaleza sin duda constituye un acto de desprendimiento que tiene que ser saludado y reconocido.

De otro lado, una de las cosas positivas que este Anteproyecto trae consigo es que se va a iniciar un verdadero debate nacional en torno a una serie de figuras que requieren ser reformadas, pero también se va a analizar si muchas de las instituciones que hoy están vigentes en nuestro Código realmente son útiles para los fines que persiguen. 

 
Así, creo que lo que va a ocurrir se puede sintetizar en dos escenarios:

1. Aquél en el que exista consenso en torno a las propuestas que se encuentran en el Anteproyecto. Por mi parte puedo decir que, de la lectura del documento publicado, hay ideas muy interesantes que sí constituyen un acierto y sobre las cuales nada hay que añadir, sino únicamente reconocerlas como válidas y necesarias. Por lo demás, el texto del Anteproyecto en torno a estos aportes se explica por sí solo y es suficiente para entender los alcances y el razonamiento que la Comisión ha tenido al momento de proponer esos cambios normativos.

2. Como antítesis a lo anterior, también existirá un escenario en el que no exista consenso sobre lo propuesto por el Anteproyecto. Me parece que este será el espacio más interesante y fructífero, pues allí la exposición de argumentos va a permitir formar opinión sobre la idoneidad o no, del cambio normativo que se ha propuesto.

Ante esto, me queda claro que la Comisión saldrá dentro de poco a exponer y defender su Anteproyecto y es absolutamente necesario que ello sea así para que los ciudadanos podamos entender las propuestas realizadas.

Sin embargo, existe la necesidad de que quienes no formaron parte de dicha Comisión expongan sus ideas discrepantes, a efectos de que el diálogo se nutra de posiciones y argumentos que un trabajo de esta naturaleza exige. En este debate deben participar todos los interesados, y todos estamos obligados a abrir las puertas a las distintas posiciones que surjan, escucharlas e intercambiar ideas.

En esta etapa el debate tiene que ser a puertas abiertas y todas las universidades e instituciones interesadas deben prestar atención a ello, a efectos de organizar conversatorios donde se invite no sólo a quienes están a favor del Anteproyecto, sino también a quienes estén en contra de algunas de las propuestas realizadas. Está demás señalar que lo idóneo es que el intercambio de ideas sea descentralizado y que no solo nos quedemos en Lima (aquí quiero saludar otro acierto de la Comisión, pues ha invitado a abogados y profesores de diversas ciudades del país, rompiendo con ese centralismo que tanto daño nos hace).

Además, no debe haber espacio para llevar una crítica al Anteproyecto hacia un fuero personal y nadie debe sentirse aludido. Son solo ideas sobre un trabajo que se respeta y no sobre las personas que lo hicieron. Pensar distinto es necesario.

En esa misma línea, debemos ser conscientes de que es hora de un debate alturado, con respeto, con base (normativa, doctrinaria y jurisprudencial), en el que todos participemos de manera activa.

De esta forma, se hace necesario exponer nuestros comentarios en torno a las propuestas que no se comparten, pero también reconocer y aplaudir las que para uno son adecuadas. Cada uno forma su propia opinión y así como hay espacio y respeto para el acuerdo, también lo debe haber para el desacuerdo.

Se vienen buenos vientos para el Derecho Civil peruano, y es necesario que todos (alumnos, abogados, profesores, etc.) quienes tengan algún comentario o crítica constructiva se animen a exponerlo.

El Código Civil es de todos y creo que todos remamos hacia el mismo puerto, que es tener un buen Código que pueda afrontar y dar respuesta a los problemas que como sociedad tenemos día a día. Así, lo que se espera del Anteproyecto es que genere debate e intercambio de conocimiento, siempre con buena fe y con el ánimo de aportar al enriquecimiento del Anteproyecto que esta Comisión nos ha entregado.


[*] Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Profesor de Arbitraje y Derecho Civil en la Universidad de San Martín de Porres, Abogado consultor especializado en Derecho Civil, Contrataciones con el Estado, Derecho Comercial y Arbitraje. También se desempeña como árbitro. Correo electrónico: [email protected]

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