Tanto el feminicidio como el delito de agresión contra la mujer o integrantes del grupo familiar son calificados como modalidades criminalizadas de violencia contra la mujer. El primero busca la protección de la vida humana, mientras que el segundo la integridad física y salud de la mujer.

Así lo determino la Corte Suprema en Sentencia de Casación N° 1177-2019-Cusco. Asimismo, reiteró la importancia de establecer medidas de seguridad en estos casos.

¿Cuál es el caso?

En el presente caso tenemos que, en primera instancia, se condenó al recurrente por el delito de feminicidio en grado de tentativa, imputándole haber herido a la agraviada con un cuchillo. Frente a esta situación, el sentenciado interpone recurso de apelación y en segunda instancia se varía la calificación jurídica por el delito de agresiones contra las mujeres o integrantes del grupo familiar, pues la Sala alega que no fue posible acreditar que el ataque haya sido con un cuchillo, ante esta variación, la Fiscalía presenta el recurso de casación por deficiencias de valoración externa por parte de la Sala.

¿Qué dijo la Corte Suprema sobre la diferencia entre ambos delitos?

Siendo así, la Corte Suprema ha precisado que la violencia contra la mujer constituye una grave afectación a los derechos fundamentales y expresa una actitud de desprecio discriminatorio de parte del agresor. En torno al delito de feminicidio y al delito de agresiones contra las mujeres o integrantes del grupo familiar, refieren que ambos delitos constituyen modalidades criminalizadas de la violencia contra la mujer por su condición de tal, también denominada violencia de género, a su vez, ambos delitos se manifiestan en mayor medida en el contexto de la violencia familiar. Las agresiones se manifiestan en forma física, sexual o psicológica. La motivación de esta conducta frecuente del hombre es la actitud de desprecio, subestimación, supuesta legitimidad para sancionarla por incumplimiento de roles estereotipados, misoginia o celotipia basada en la despersonalización o subestimación de la víctima.

Asimismo, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, elaboró el siguiente cuadro comparativo a fin de tener en cuenta las diferencias sustanciales entre el delito de agresiones contra la mujer e integrantes del grupo familiar y el delito de feminicidio:

¿Qué importancia tienen las medidas de protección?

Además, la Corte Suprema señala que en los casos de violencia de género, para poder mitigar los efectos que producen el conflicto penal, se debe ir más allá de las respuestas sancionatorias del Derecho Penal y adoptar diversas medidas preventivas, neutralizadoras y de recuperación en favor de la víctima del conflicto, las cuales se encuentran previstas en la Ley N° 30364 y se denominan “medidas de protección”, estas medidas están condicionadas a aspectos tales como el riesgo de la víctima, la urgencia y necesidad de la protección y el peligro en la demora.

Los efectos de garantía de las medidas de protección son las siguientes: i) su duración se mantiene mientras persistan las condiciones de riesgo de la víctima, con prescindencia de la resolución que pone fin a la investigación y al proceso penal o de faltas; y, ii) la posibilidad de ser sustituidas, ampliadas y cesadas por el juzgado de familia, cuando se advierta variación de la situación de riesgo de la víctima, a solicitud de esta, cuando toma conocimiento de la sentencia firme o disposición de archivo de la investigación, proceso penal o de faltas que originaron las medidas de protección.