La doctora Gladys Echaíz, congresista de la República por el partido Alianza para el Progreso, con 32 años de experiencia en el ejercicio de la función jurisdiccional-la mayoría de ellos como fiscal-nos habla de la organización del Ministerio Público, la persecución del delito y la justicia ahora que ha complementado esa experiencia con la nueva perspectiva que le brinda pertenecer al Congreso de la República. 

La indiferencia

Gladys Echaíz tiene la percepción de que en cierto modo se ha retrocedido en lo referente a temas de justicia pues fuera la imagen de las instituciones, ya sea el Ministerio Público o el Poder Judicial, no es positiva.  

Se siguen encontrando reclamos de la población, cada vez con más fuerza, respecto a la lentitud de los procesos, la mala calidad de las decisiones jurisdiccionales, de las investigaciones fiscales y últimamente en relación a la indiferencia con la que se tratan problemas a veces muy humanos, que involucran derechos de las personas, donde están en juego bienes jurídicos de primer nivel que parece no importaran ni preocuparan.

Gladys Echaíz señala que el tratamiento es el mismo en todos los casos, un tratamiento rutinario y en el que existe poca, por no decir mínima, presencia del Ministerio Público en las investigaciones policiales. Con lo que aumenta la desconfianza en la legitimidad de los resultados de tales investigaciones que son la base del trabajo fiscal.

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Factor humano

La congresista considera que es necesario repensar el sistema de designación de jueces y fiscales porque es el factor humano el que está a cargo de acercar el sistema hacia la ciudadanía.

Pues es el factor humano el que se va a involucrar en mejor el servicio; en gestionar sus procesos, despachos e instituciones y; con lo poco que tienen multiplicarlo para llegar al ciudadano, para llenar ese vacío, esa necesidad de servicio y justicia y entonces comenzar a caminar.

En este sentido, Gladys Echaíz indica que no estás la actual forma de seleccionar a los magistrados no es la más idónea en tanto no garantiza el compromiso con el desempeño de sus funciones.

Este sistema de elección escoge de los profesionales que aspiran a trabajar, que pueden estar comprometidos con el servicio, pero que también puede que solo estén en busca de un puesto de trabajo y les sea indiferente si se cumple o no con el servicio en tanto lo relevante es tener una remuneración.

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¿Qué se necesita?

La doctora Echaíz piensa que se necesita que el ingreso a la carrera sea único y a través de una escuela. Una escuela que forme, capacite y perfeccione a quienes deseen ser jueces o fiscales, que esa escuela decida quiénes obtienen este título siempre y cuando acrediten contar con la debida formación.

Y no solo la debida formación, sino también que acrediten tener la sensibilidad, el humanismo que se requiere para poder atender causas que tienen que ver con derechos humanos, que tienen que ver con sufrimiento humano, que tienen que ver muchas veces con intereses grandes donde hay que tener firmeza, conocimiento y disposición para resolver estos casos.

Se debe formar primero el recurso humano en tanto la formación del magistrado debe ser muy especial. Se debe tratar de moldear los perfiles que se requieren para el ejercicio de esa función. Un perfil que sepa que su función va más allá de decidir sobre un problema que tendrá efecto en las partes, sino que la decisión también tendrá un efecto en la sociedad.