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Escribe: Gabriela Quevedo Castañeda
La vieja institución del matrimonio está en retroceso. Según el estudio poblacional del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) de 2014, en la última década el número de matrimonios nuevos se redujo en casi tres puntos porcentuales. ¿Está en crisis la familia? No da la impresión, pues, en el mismo periodo, el número de parejas convivientes aumentó en la misma proporción. Ya en el 2007, el INEI alertaba de esta tendencia: por entonces, de 20 850 502 personas mayores de 12 años censadas, más de cinco millones declaraban vivir en esa condición.
La legislación peruana tardó en adaptarse a esa nueva situación, pero finalmente ha optado por ampliar la protección a las familias más allá del estado civil. Los cambios de más de diez artículos en el Código Civil en el 2013, que reconocieron derechos tan cruciales como la herencia (Ley No 30007), han logrado que, al menos en términos legales, concubinos y esposos apenas tengan diferencias en cuanto a derechos.
La práctica, sin embargo, muestra otra realidad. El registro de personas naturales de la Sunarp indica que, entre el 2011 y junio de 2015, apenas 2 964 parejas se registraron como convivientes en una unión de hecho. El resto también tiene derechos, pero ejercerlos les resultará más difícil, puesto que deberán demostrar ante un juzgado de familia que la convivencia existió. ¿Por qué tan pocas parejas de hecho se registran? Ni los requisitos ni los procedimientos pueden servir como explicación, pues estos distan de ser complejos. En cambio, la falta de información sobre la existencia de este registro y sus beneficios sí puede ser una clave.
*Conozca más sobre la situación de los derechos fuera del matrimonio en el país, además de casos, cifras y opiniones de especialistas en la materia en la revista La Ley, edición setiembre.