¿Serán los desórdenes de la personalidad y del comportamiento conductas relacionadas con la imprudencia al volante? Para el Ejecutivo ruso lo son. Es por eso que el pasado martes el gobierno promulgó una ley que prohíbe que las personas con ‘desviaciones’ sexuales y hábitos patológicos conduzcan automóviles. Y es que, según el régimen de Vladimir Putin, la nueva y polémica norma pretende reducir el alto índice de accidentes de tránsito que se reporta anualmente en la nación europea.

El texto de la norma establece que su aplicación va dirigida a toda persona adulta que sufra de los desórdenes estipulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta lista de estándar internacional se incluyen en sus puntos F65-F69 ‘desórdenes de identidad de género’*, señalando que el travestismo configura un ítem en esa categoría, junto al transexualismo y la conducta transgénero.

La Asociación Rusa de Abogados de Derechos Humanos criticó el carácter discriminatorio de la norma y aseguró que presentará una demanda de inconstitucionalidad. “Esta ley permite la violación de los derechos humanos y demuestra el prejuicio que tiene el gobierno sobre grupos minoritarios de ciudadanos”, enfatiza el comunicado. Además advierte sobre las posibles consecuencias de su aplicación como el juzgamiento absurdo sobre la apariencia de las personas y la invasión a la vida privada. “Pareciera una carta libre para que hombres y mujeres con problemas en su desarrollo biológico, o aquellos que adquieran ciertos productos de juego íntimo sean negados de la posibilidad de conducir. Se trata de una disposición inconstitucional. ”

Por otro lado, en la categoría de ‘desórdenes de preferencia sexual’ se consideran parafilias como el fetichismo, el voyerismo, la pedofilia y el sadomasoquismo, entre otras. Además, también estarían impedidas de conducir aquellas personas con hábitos y desórdenes impulsivos como la ludopatía, piromanía y  cleptomanía.

Bonus

No es primera vez que las decisiones del gobierno ruso causan indignación entre las minorías sexuales. En el año 2014, Vladimir Putin fue considerado por la comunidad LGTB a nivel mundial como el personaje más intolerante del año. Esto, tras la promulgación a mediados del 2013 de la llamada ‘ley antigay’, que prohíbe en Rusia todo tipo de manifestación pública de afecto entre parejas del mismo sexo.

*Cabe recordar que la OMS modificó en 1990 la categoría de ‘desórdenes de identidad de género’, por lo que la homosexualidad no es considerada  una ‘desviación’ desde entonces.