Javier Pérez de Cuéllar y de la Guerra falleció este miércoles 4 de marzo a los 100 años. El destacado diplomático peruano fue, hasta el momento, el único latinoamericano que estuvo al mando de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como su secretario general.

“Mi papá falleció después de una semana complicada, ha fallecido a las 8:09 de la noche y descansa en paz”, dijo a RPP Francisco Pérez de Cuéllar, quien detalló que el deceso se debió a causas naturales.

Hoy sus restos serán velados en privado y, el viernes 6, serán trasladados al Palacio de Torre Tagle para recibir los honores del presidente Martín Vizcarra. El entierro se realizará en el cementerio Presbítero Maestro.

“Lamento profundamente el fallecimiento de don Javier Pérez de Cuéllar, insigne peruano, demócrata a carta cabal, quien dedicó su vida entera al trabajo por engrandecer a nuestro país. Expreso, en nombre de todos los peruanos, mis sentidas condolencias a su familia”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

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El notable diplomático nació el 19 de enero de 1920. Estudió Derecho y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y se unió al cuerpo diplomático en 1944. Dos años después, se convirtió en miembro de la delegación de Perú en la primera Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en Londres.

Más tarde, fue nombrado primer secretario en las embajadas del Perú en Francia, Reino Unido y Brasil. Tras su retorno en 1961, fue ascendido al rango de embajador y, como tal, se desempeñó en Suiza, Polonia y Venezuela. Hacia finales de la década, fue nombrado como el primer embajador del Perú en la Unión Soviética.

En 1971, fue designado representante del Perú ante las Naciones Unidas y presidió el Consejo de Seguridad en 1974. En 1982, asumió la Secretaría General de la ONU. “Era un diplomático culto y efectivo, hablaba inglés y francés y español con fluidez, y un hábil mediador, aunque discreto, entre voces discordantes […] también escribió poesía, se dedicó a la literatura, especialmente a los clásicos hispano”, escribe el New York Times sobre este periodo.

Pérez de Cuéllar recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1987; y en 1988, el Premio Nobel de la Paz a nombre de las Fuerzas de Paz de la ONU. Su etapa como secretario general terminó en 1991, pero continuó siendo fiel a los valores de las Naciones Unidas y luchando por la paz, la justicia, los derechos humanos y la dignidad humana. A lo largo de su vida, fue condecorado en 25 países y recibió varios títulos honorarios.

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Cuando las Fuerzas de Paz de la ONU recibieron el Nobel de la Paz, Pérez de Cuéllar dijo, en su discurso, que “lo esencial de la vida es la contienda y la competición” y, por tanto, “una paz perfecta no existe”. “La contienda y la competición son estimulantes, pero cuando degeneran en conflictos son destructivos y perturbadores”, añadió.

El diplomático también tentó el sillón presidencial. En 1995, compitió sin éxito contra Alberto Fujimori. Con la llegada de la democracia, en noviembre de 2000, el mandatario Valentín Paniagua lo designó presidente del Consejo de Ministros y ministro de Relaciones Exteriores. Hacia finales del siglo pasado, en 1997, publicó su libro Peregrinación por la paz, en el que relató sus años en las Naciones Unidas.

Actualmente, la Academia Diplomática del Perú lleva su nombre. En mayo del 2011, por disposición gubernamental, la institución adoptó dicha denominación, como reconocimiento al “ilustre embajador peruano, dos veces secretario general de las Naciones Unidas, expresidente del Consejo de Ministros, excanciller de la República, entre otros altos cargos por él ejercidos en el Perú y en el exterior”.

Diversas figuras políticas nacionales e internacionales han lamentado el deceso del diplomático peruano. A través de un comunicado, el actual secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó encontrarse “profundamente triste” por el fallecimiento de su predecesor, a quien calificó como un “un estadista consumado, un diplomático comprometido y una inspiración personal que dejó un profundo impacto en las Naciones Unidas y en el mundo”.

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“La vida del Sr. Pérez de Cuéllar abarcó no solo un siglo, sino también toda la historia de las Naciones Unidas, desde su participación en la primera reunión de la Asamblea General en 1946”, expresó Guterres en su pronunciamiento.

El político portugués recordó que, durante el mandato de Pérez de Cuéllar en la ONU, se produjeron “los años más fríos” de la Guerra Fría. E hizo un recuento de éxitos diplomáticos en los que el diplomático peruano desempeñó un papel crucial: la independencia de Namibia, el fin de la guerra entre Irak e Irán, la liberación de rehenes estadounidenses en Líbano, la paz en Camboya y el acuerdo de paz en El Salvador.

Por último, Guterres extendió sus condolencias a la familia de Javier Pérez de Cuéllar, al pueblo peruano y a todas las personas alrededor del mundo “cuyas vidas fueron influenciadas por un notable líder global que dejó un mundo mejor para vivir”.