1. Introducción

 

Los animales inspiran sentimientos de ternura y afecto, nos acompañan y generan un vínculo de apego con los humanos, que nos permite tener la capacidad de desarrollar una relación de amor incondicional y de protección hacia ellos, podemos asegurar que suman a nuestra vida emociones de paz y felicidad.

Lastimosamente, no todas las personas lo sienten así. En las últimas semanas, hemos sido espectadores de un hecho execrable de violencia contra un pequeño bulldog inglés de nombre “Max”, maltratado por un ex trabajador del Congreso de la República. Gracias a la actuación de los vecinos, quienes denunciaron el terrible maltrato, las autoridades acudieron al rescate del pobre animal.  A la fecha, “Max” se encuentra recuperándose, demostrando a su vez, agradecimiento y cariño hacia quienes lo salvaron del maltrato, una imagen viralizada de este noble perrito, dándole un beso a un agente policial, ha enternecido las redes sociales.

 

 

2. Algunas consideraciones adicionales

 

Ahora bien, esta denuncia de maltrato animal nos hace discutir sobre el tipo de tenencia que ejerce el ser humano en la actualidad sobre el animal, cabe preguntarnos entonces sí, ¿realmente existe concientización sobre el trato hacia los animales de compañía en nuestra sociedad?

Con la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, proclamada en París el día 25 de octubre de 1978, se empieza a valorar la igualdad entre los animales y reconocerles ciertos derechos. Sumado a ello, diversos pensamientos sobre bienestar animal comienzan a penetrar en la forma de regulación normativa en varios países del mundo, empezando a considerarse que los animales no pueden ser sólo simples cosas sometidos a la voluntad del hombre.

Por otro lado, diversas investigaciones nos permiten aseverar que, existe un vínculo entre todo niño maltratador con los animales y el adulto violento o potencial delincuente. “Desde el año 1970 la Oficina Federal de Investigación FBI reconoció el vínculo de maltrato hacia los animales con asesinos, ya que del análisis de los casos de asesinos seriales se demostró que la mayoría de los ofensores poseían historias de crueldad hacia los animales.  (Franciskovic Ingunza, 2017, pág. 30)

En ese sentido, existen quienes consideran que; “Los actos de crueldad hacia los animales pueden ser la primera alerta de una patología violenta que incluirá víctimas humanas. El abuso hacia los animales no es simplemente un «detalle más» en la personalidad del individuo, sino un gran síntoma de desorden mental”. (Contreras Steller, pág. 4)

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3. El maltrato animal y su regulación en la Ley N° 30407

 

En el año 2016, con la dación de la Ley N° 30407 – Ley de Protección y Bienestar Animal, se establece el Principio de Protección y Bienestar Animal, señalando la norma que el Estado deberá establecer las condiciones necesarias para brindar protección a las especies de animales vertebrados domésticos o silvestres, reconociéndolos como animales sensibles.

Esta norma, marca la importancia de una protección debidamente codificada en nuestra legislación, otorgando una regulación tuitiva a favor de los animales, incentivando una comunidad que busca respetar la vida de otros seres sintientes.

De este modo, con la incorporación del apartado A al artículo 206° del Código Penal, se tipifica el delito de abandono o actos de crueldad contra los animales domésticos y silvestres, instituyendo que; “el que comete actos de crueldad contra un animal doméstico o un animal silvestre, o los abandona, es reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años, con cien a ciento ochenta días multa y con inhabilitación de conformidad con el numeral 13 del artículo 36. (El énfasis es agregado) (Decreto Legislativo N° 635)

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4. Hacia una concientización animal

 

Sin embargo, no es suficiente tipificar el delito, seguimos conociendo de lamentables hechos de maltrato hacia animales, y somos testigos del abandono diario que reciben por parte de sus dueños. Por ello, si bien la existencia de la Ley N° 30407 busca proteger la vida y la salud de los animales, imponiendo sanciones, es importante, además, promover campañas de concientización.  

Para ello, se requiere contar con una sociedad que empatice con el sufrimiento de todos los seres sintientes, de esta manera, resulta sustancial que se incentiven programas nacionales que promuevan una cultura de respeto y conciencia animal desde una temprana edad. La concientización deber partir reconociendo el respeto que merece tener todo ser vivo, impartiendo una educación sobre tenencia responsable de animales, y esto parte de una premisa fundamental: no considerarlos como objetos que pueden adquirirse y luego desecharse.

Así también, será fundamental la acción que ejerzan las Municipalidades, especialmente, en los distritos con altos índices de animales abandonados, pues estas autoridades deben promover campañas de esterilización, adopción, así como diversas capacitaciones que busquen informar sobre la forma de accionar frente a un caso de maltrato animal.

Sin duda, necesitamos de una política de gobierno, que, a través de los organismos públicos correspondientes, asuman la responsabilidad de trabajar en conjunto a favor del respeto y la protección que merecen los animales que conviven con nosotros, esto nos ayudará, a vivir en armonía, evolucionando como sociedad y generando una mayor empatía y sensibilidad frente al sufrimiento de seres que no cuentan con voz.

Bibliografía

Contreras Steller, V. (s.f.). Análisis crimonologico sobre la relacion del maltrato animal con las diferentes formas de violencia social en Costa Rica.

 

Declaración Universal de los Derechos del Animal. (15 de Octubre de 1978). Declaración Universal de los Derechos del Animal: http://www.aspac.org.es/protectora/archivo/legislacion/pdf/declaracion_dchos_animales.pdf

 

Decreto Legislativo N° 635, Código Penal Peruano.

 

Franciskovic Ingunza, B. (2017). Regulación Jurídica de los animales de compañia en el Derecho Civil Peruano. Instituto Pacífico.

Ley de Protección y Bienestar Animal – Ley Nro. 30407. (08 de Enero de 2016).

Amelia Paredes Montaño. Abogada por la Universidad de Lima. Máster en Derecho y Negocios Internacionales por la Universidad Europea del Atlántico y la Universidad Internacional Iberoamericana. Con estudios de especialización en Derecho Corporativo por la Universidad ESAN.