El pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, sobre la ley francesa que fue implantada en el 2010 donde se prohíbe el velo integral en lugares públicos, expresó que no obra en contra de los derechos humanos. Esta respuesta se dio a causa de un proceso abierto a pedido de una ciudadana francesa que está a favor del uso del burka y del niqab -velos que cubren el rostro a excepción de los ojos- considerando como un atentado a la vida privada y la libertad religiosa que las mujeres tengan que develar su rostro a solicitud de miembros policiales.

La sustentación del tribunal europeo es resaltante, en el hecho que el objetivo legítimo de Francia es que se busca “preservar las condiciones de vida en común” y, en base a ello, las autoridades deben gozar de un “amplio margen de apreciación”. En consecuencia, esta ley lo que veta es aquellas prendas que lleguen a cubrir gran parte del rostro en lugares públicos, incluyendo la calle. Además, se debe destacar que dicha norma llegó a ser aprobada por amplia mayoría en el Poder Legislativo francés, así como en la Asamblea del Senado. 

Curiosamente, no se sabe quién fue la mujer, que demandó ante la corte; es más, ni siquiera compareció en Estrasburgo. Solo lo estuvo realizando mediante sus abogados.  

 Con este pronunciamiento a favor, sería la segunda vez que el país galo logra que dos instancias le otorguen dos logros importantes en su objetivo contra el uso del velo. El primer triunfo, se dio la semana pasada cuando el Tribunal Supremos francés respaldó el despido de una mujer que trabajaba en una guardería infantil pública por usa dicha prensa (cabe resalta que su caso no era integral). El argumento de esta destitución se dio porque el personal tiene la obligación de respetar enfáticamente la neutralidad religiosa. 

Por otra parte, entre los pocos países, aparte de Francia, que también han venido legislando en estos últimos años contra el velo que suele emplear un sector reducido de devotos musulmanes, se encuentra gran parte de España, Bélgica, Reino Unido, Holanda y  Luxemburgo. En Francia, se calcula que hay más de 6 millones de pobladores musulmanes, de las cuales, solo unas dos mil mujeres utilizan velo. En esa línea, cerca de 400 mujeres fueron interpeladas (en el 2013) por las fuerzas del orden, por haber usado la prenda en mención que cubre casi todo el rostro y el cuerpo de la mujer.