Estamos a más de cien días del inicio del gobierno de Pedro Castillo y hemos tenido solo en este tiempo a tres titulares del Ministerio del Interior. Esta desestabilidad en un ministerio que reviste particular importancia para el sistema legal y para la seguridad ciudadana genera gran preocupación en Carlos Basombrío, exministro del interior.

Basombrío comenta en esta oportunidad sobre los vacíos, las ausencias, las políticas contradictorias y las decisiones no implementadas en la agenda del Ministerio del Interior sobre temas tan importantes como la seguridad ciudadana.

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¿Qué propuestas se incluyeron el discurso presidencial?

El exministro del interior señala que el discurso presidencial por los 100 días de gobierno, básicamente, se redujo a dos temas, ambos profundamente equivocados, inviables o peligrosos si fueran viables. El primero respecto a las rondas urbanas y, el segundo, sobre el servicio militar obligatorio.

Sobre las rondas urbanas hay un desconocimiento sobre su existencia desde el año 1996 aproximadamente. Las rondas urbanas involucran un riesgo grande, en el único sitio donde han existido es en Cajamarca y se convirtieron en un esquema de chantaje, por lo cual fueron un fracaso.

En el caso del servicio militar obligatorio, esto es poner a los muchachos que no trabajan ni estudian en las fuerzas militares también es irrazonable. Estos muchachos son casi dos millones de personas, lo que representa diez veces más que el conjunto de las fuerzas armadas. Además, sería un retroceso pues esto se eliminó hace mucho tiempo por los abusos cometidos.

Asimismo, la propuesta de sacar a los militares a las calles sigue vigente y ya pasaron 15 días en los que esto no ha sucedido, en tanto el actual ministro se encuentra en desacuerdo.

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Otros problemas

Carlos Basombrío precisó que existen otros dos problemas serios que deben ser analizados. Uno en relación a las políticas antidrogas y otro es el tema del orden público.

A pesar de que el exministro considera que la ilegalización de las drogas no va a ser nunca una política exitosa, pues genera la presencia del narcotráfico y una mejor alternativa es el enfrentamiento vía la lógica de las drogas controladas como es el alcohol y como es el tabaco, esto no es lo que ocurre en el Perú ni tampoco en el mundo.

Explica pues que es algo que no está ocurriendo y que pasarán varias décadas antes de que si quiera ese tema se discuta para el caso de la cocaína, a diferencia de la marihuana donde ya se ha avanzado algo. Por eso, mientras tanto, si se deja de erradicar coca, se le quitas una de las cuatro patas a la lucha contra el narcotráfico, que Basombrío considera una lucha para evitar su expansión, es decir, es una política de contención.

Respecto al orden público, él está convencido que muchas veces existen razones para que la gente proteste, pero a la vez la función del Ministerio del Interior se trata de mantener el orden interno y evitar que se viole la ley y, en este sentido, no se puede abandonar absolutamente la posibilidad de usar la fuerza en el orden interno porque esto debilitaría cualquier posibilidad de diálogo en tanto no se produce un estímulo para hacerlo.

Habiéndose cumplido un año de las muertes de Inti y Bryan sucedidas en las manifestaciones del pasado noviembre, Carlos Basombrío puntualiza que estas muertes exigen responsabilidades, las cuales hasta el momento no han sido aclaradas y que tienen que ser sancionadas por más inusual que haya sido el escenario.